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Depende del tipo de vehículo, del uso que se haga del mismo y del entorno en el que se utilice habitualmente. En las regiones húmedas o cercanas al mar, por ejemplo, las líneas de escape tienden a degradarse prematuramente a causa de la oxidación. En general, la línea de escape se debe sustituir parcial o completamente cada 8 ó 9 años de uso en condiciones severas. En esas mismas condiciones, un catalizador puede tener una vida útil más corta. El presilencioso y el silencioso, diseñado para reducir los ruidos, también pueden requerir el remplazo a partir de 40.000 km, y rara vez más allá. Las sondas lambda se sustituyen cuando se diagnostica que están defectuosas, sobretodo cuando se realiza el test de polución o cuando se detecta un funcionamiento irregular del motor.

El filtro de partículas o FAP, se monta ocasionalmente en los modelos diésel actuales. Presente en la línea de escape, este filtro un tanto particular, permite bloquear, almacenar y eliminar a alta temperatura las partículas de carbono y los hidrocarburos no quemados presentes en los gases de escape que pueden ser perjudiciales para la salud. Garantiza un funcionamiento muy «limpio» que participa en la conservación del medio ambiente, incluso durante el arranque en frío. El filtro de partículas debe revisarse con frecuencia, puesto que puede saturarse y provocar averías o una pérdida significativa de la potencia. Se trata de una pieza de desgaste cuya vida útil varía en función del uso del vehículo.

Se trata de dos sistemas diferentes, pero el principio de funcionamiento es el mismo: un material de desgaste unido a un soporte metálico (las pastillas o las zapatas) roza contra un disco o un tambor solidario a la rueda para ralentizar o detener su movimiento y transformar la energía cinética en calor. Por norma general, los vehículos urbanos o compactos disponen de un sistema mixto de discos en la parte delantera y tambores en la parte trasera; la fuerza de frenada de estos últimos es menor. Asimismo, podemos encontrar frenos de disco en las cuatro ruedas en los vehículos más voluminosos, que exigen una capacidad de frenada mucho mayor de acuerdo a sus dimensiones, su peso y sus prestaciones. Aproximadamente el 70% de la fuerza de frenada se ejerce en la parte delantera, por lo que el desgaste normal es más pronunciado en los discos y las pastillas delanteras.

El antibloqueo de frenos, o ABS, es un elemento de seguridad importante que sin embargo no posibilita el acortamiento de la distancia de frenada. El ABS permite mantener el control del vehículo evitando el bloqueo de las ruedas, y por tanto, permitiéndoles conservar su poder direccional. Cuando las ruedas se bloquean, cualquier acción sobre el volante no surtirá efecto: el vehículo se «desliza» en línea recta, sobre todo en suelo mojado. Con el ABS, es posible evitar una colisión esquivando el obstáculo, incluso durante una frenada de emergencia. El ABS funciona a través de una central hidráulica gestionada electrónicamente que, en una frenada de emergencia, genera una presión intermitente mediante tirones rápidos; algo similar a una frenada por impulsos. El bloqueo seguido de una disminución de la presión en milisegundos permite a las ruedas frenar de manera eficaz mientras continúan girando: el poder direccional y la capacidad de frenada máxima se preservan y las ruedas no se bloquean.

Es probable que el problema se deba a una deformación de los discos (están alabeados) o a un desgaste importante de los discos y las pastillas. El sistema de frenos se desgasta con mayor rapidez con una conducción dinámica o con el uso del vehículo en ciudad. La vibración puede proceder de un disco que se haya solicitado de manera intensa en frío y cuya superficie ya no es plana. Al girar, el disco «oscila», y en caso de frenada, genera vibraciones, y en ocasiones, un ruido anormal. Si las vibraciones cesan pero el ruido persiste, puede tratarse de un desgaste importante de las pastillas provocado por la falta de material de desgaste. El disco de freno estará por tanto en contacto directo con el cuerpo metálico de la pastilla. Atención, en este caso, ¡el disco puede dañarse en decenas de kilómetros! No espere más y lleve el vehículo a un taller Eurorepar Car Service para revisar el sistema de frenos.

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